Manzanas, Mandarinas y Guardafangos

La bruja malvada meneaba un cucharón dentro de su caldero. La pócima burbujeaba con regocijo mientras la anciana escupía, uno tras otro, conjuros malignos. A lo lejos, dos niños encerrados en jaulas rellenas de periódico y alpiste, se devoran mutuamente con gran placer.

...La bruja no saboreó bocado ese día.

Moraleja: Si te van a devorar; que mejor que sea por los dientes de ese alguien a quien dices amar.

Con mi angustia yo oculto mi imagen, así pasaste cerca mío.

....Y te fuiste de largo.

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Renuncio a mi condición femenina. A ese ardor desbordado, a ese dolor tan abierto cuya entrada permite la infección. Me arranco a fuerza de palos ese latido acelerado y el rubor en mis mejillas. Que el grito ahogue mis susurros cálidos así cómo la melancolía asfixió mis palabras melosas. Suficiente. Rasgo mis labios con el objetivo de abandonar éste océano que eres...me dejo ir, halada por el anzuelo que me privará de tu aire. Ni notarás la diferencia...

Hay demasiados peces en el mar.

De Príncipes

La niña regordeta sostuvo entre sus manos mis mejillas, acercando su rostro salvajemente, unió sus labios con los míos; no en forma de beso, sino como se haría con una pegatina. No reaccioné, permanecí en cuclillas frente a ella con los ojos muy abiertos y la respiración arrancada de raíz.

-Listo -Me dijo en voz baja al soltarme -Ahora ya puedes despertar.

Escritura Creativa 3

La mujer de la gabardina subía escaleras huyendo del demonio que danzaba en pos de ella. Los únicos sonidos que repercudían al silencio era ese taconeo constante y la carcajada infantil del ser rojo; rebotaban en las paredes para segundos después unirse melodiosamente cual enamorados primerizos. Ella, quien perdía el aliento conforme alcanzaba altura, se obligaba a avanzar apoyándose de la barandilla. Su mente no podía concentrarse en otra cosa que no fuese el desplazamiento de sus zapatillas. El tiempo, jugador tramposo, deshaciéndose de las manecillas, se adelantaba o atrasaba caprichosamente; testigo mudo e intrascendente, luchaba por darse a conocer, por convertirse en peso, en bulto adherido a la espalda, en latido.

El demonio divertido, se tomaba espacio para devorar pequeñas alimañas y lengüetear el espacio entre sus dedos. La sensualidad de la caza le recorría las venas impeliéndole a seguirla. No por deber ni aburrimiento, sino por el deseo que le carcomía desde dentro; adicción de por más atrayante y conocida. La evocación de antiguas víctimas era función inútil...sobrevalorada, él siempre se había considerado un Don Juan, donde cada fémina es la primera, la única, la recibidora de su embustera virginidad y desequilibrado afecto. Le amaba, si, y por eso mismo debía ser destruida. Cómo todas las demás.

Ella corría, ora resignadamente ora con desenfreno. El calzado, muerto ya, emite uno que otro quejido post mortem. La humedad que le recorre le transmite frescor y a la vez le paraliza. Corre, ya no por su vida, sino por inercia absurda; el rendirse ya ha quejado atrás, específicamente en el escalón 456.

Observa la puerta y no se lo cree. Las piernas sin responder le empujan contra ella causándole un vago dolor que no le apetece clasificar. Temblorosamente sostiene el picaporte temiendo que no vaya a ceder, pero lo hace, le responde como lo haría un cachorrito y se abre ante ella; una habitación, la suya, le recibe con calma. Por fin... Por fin...POR FIN....se permite suspirar, no mucho, lo suficiente cómo para darle cabida al alivio.

Al cuarto suspiro la respiración se vuelve a detener. El demonio´está allí, en su lecho, mostrándole los colmillos, su proxima morada.

"¿Dónde estabas?" Dijo él bostezando.

Silencio

"Ven, debes estar cansada, acurrúcate a mi lado" La mano se desliza en la sábana -sú sábana- "Finjamos cotidianidad"

"No" Dice ella

"¿No? ¿Y qué es exactamente lo que rechazas? Piénsalo...¿Es a mí? ¿Es a tí misma?"

Otro silencio, diferente

"Permitéte volver..."

La mujer le da la espalda, abandona la habitación para regresar a la cima de la escalera. Sin ceremonia sostiene con fuerza el barandal para darse impulso y saltar al vacío.

El demonio le observa sin detenerle, sus colmillos vuelven a esconderse tras el telón de sus labios. Taciturno echa la cabeza hacia atrás para segundos después echarse e reír hasta que su vientre pareciera que se va a partir en dos, no se detiene ni al bajar los escalones. Cuando regresa de nuevo al inicio vuelve a guardar silencio.

"Tal vez..."

El pensamiento se detiene en seco, otra mujer ingresa al recibidor; al mirarlo sus ojos se agrandan y ahogando un grito comienza a subir los peldaños apresuradamente. El demonio, percatándose, danza en pos de ella.

If you're havin' girl problems...

Si tienes problemas con las damas... Ténlos.

Hastíate de ellos, disfrútalos glotonamente, permíteles deslizarse por entre los muslos y sobajar tu miembro. Ábrete en canal, conviértete en festín emperejilado de sus colmillos marfilados. Finge resistencia mientras ella se deleita con tus quejidos. Disimula orgasmos y escupe en su rostro el placer que te ha causado alguien más.

La idea seductora de vernos destrozados por manos femeninas pulsa en nuestras mente obnubilándole. Distorsiona la realidad hasta volverle acaramelada y algo podrida. Sí, sostén su mano fuertemente hasta que recites de memoria: "Esa es la forma en que siempre debió ser."

Acostúmbrate a sus gritos y a tus lágrimas. Rásgate, muérdete, violéntate de una jodida vez.
Olvida esa condición mortal.
Olvida esos demás 99 problemas.
I
I
I
I
I
I
De todas formas te vas a morir.

Escritura Creativa 2

Pues va, me late, yo sí le tiro a la onda esa de la escribidera. Denme un papelucho, una lapicera, un frasco de pepto -no es por adicción sino por profesión- y hasta me pongo a parir bes-selers. Siempre me han floreado con eso de que "tus ideas son perronas, no le pides nada a ese wey Octavio no-se-que" Pero yo digo que las flores son pa' los muertos y ya. Soy sencillo, de barriobajo pero con la mochila llena de triques y sueños sin patinadas de mosca.

Aprendi mi talento de mocoso, y de ahí no lo he olvidado; es como montársela en bicla: la misma posición, las mismas nalgas adoloridas, manos sudorosas y el corazón haciendo traca-traca a mil, la diferencia es que no te puedes partir la cara desde la silla -Ja, guasa de escritor-. Que conste que no es vacilada, voy de a deveras.

Paso a pasito. Sin trovas de santitos ni tallerucos de quinta. Así, a la brava. Cómo los machos. Quien quita y hasta el premio ese de Novel termina adornando mi cantón. A lo Vergas Yosa.

La depresión de la joven Nini

Escribo. Por que es lo único que sé hacer, por que es lo único que puedo hacer.
Uno a uno, los vocablos me permiten desvanecer, diluirme en técnicas de escritura, sintaxis y reglas gramaticales.
Y ya no soy, mi trasfondo no es otro que la vaga ilusión de una estructura idiomática.

Perezco entre las sobras del lenguaje, incrustada en el vertedero de tus párrafos.
Me he hastíado de éste reciclaje constante; comer y regurgitar verbos que ya no te hacen falta.
Rehúso morir a mano de adjetivos ajenos, por ello me envuelvo en antiguas expresiones...
...Hasta ya no poder respirar.
Ahogada en mi propia jerigonza barriobajera ininteligible.

Me rindo.
Las llamadas "patadas-de-ahogado" siempre son patéticas, éstas no son la excepción.

Carta a Delphinidae

Curioso, yo que tanto hice burla de tu condición delfinesca ahora cargo con uno de esos mamiferos al cuello. Me lo regalaste como quien regala pendientes a alguien que no posee agujeros en las orejas. ¿Por qué? ¿Acaso quisiste ser mi nuevo Delfín? ¿O es que deseas que yo me convierta en tu delfínido?

"A veces extraño lo que fue y lo que no es" -Te digo con los ojos rojizos -"Las micro-muertes del sí del otro son mis muertes completas"
Haces gesto de incomprensión e ignoras mi comentario. La plática se desvía hacia mujercitas cachondas que se masturban vía cam.
Dos horas después, de la nada, abres la boca y exclamas con voz salada:
-Olvídalo todo. Simplemente oprime la tecla Esc.-
Lo hago.