miércoles, 28 de diciembre de 2011


Los puntos son infinitos, la vida no.




La gente se aburre de ti.

Para mantenerse vivo en el otro, es necesaria la despersonalización...

No limitarse a ser dos ni tres seres distintos; sino diez, veinte, cincuenta...

Mandamiento es la máscara y la continua interpretación de papeles.

Brillar, encandilar, ser un foco que, de fundirse, se reemplazará sin ceremonia.


Por eso, mejor arrancarse de tajo el rostro.
Por eso...
Mejor aburrir.

Sin embargo, a veces, de entre esa gente, brota un pringado al que le gustas por que sí.
Y juntos, se aburren.




martes, 20 de diciembre de 2011


Cefalea / "Puñetero dolor de cabeza"


Es necesario que escriba. Me es imposible abandonar estos marcos.
No importará que tanto me esfuerze, la prisión ya ésta hecha; he elegido las letras como cárcel, y, al mismo tiempo, como prueba de que en efecto me encuentro con vida.
Sólo tengo esto, no hay más, una cubeta en la cual depositar lo que a mi mente le revuelve.
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En estos instantes hay algo vivo dentro de mi cráneo. Se abre paso al exterior rasgándome desde dentro. Harto, le permito destruirme, convirtiendo así a mi cerebro en masilla fácil de moldear. No importa, me da igual; que se atasque, por mí puede revolver hasta mi esencia si eso quiere.
Asesinarme o hacerme creer que he fallecido sería un gesto clemente que no necesito, lo que anhelo es la supresión dolorosa y sensual de eso que llamamos Identidad.
Mi ser es engullido por esos chispazos tormentosos que no se detienen. Y es precioso.
Con suerte, mañana seguirá la migraña...
y mañana...
y mañana...
Hasta que mi cabeza de a luz a algo ya muerto.




sábado, 10 de diciembre de 2011


"¿Quieres una menta?."


Me evaporo.

Mis órganos se desperdigan en el suelo, aún rojos.

Las piernas, cual gelatinas, tiemblan y tiemblan exudando aroma agrio.

En mi cansancio, la escena me parece perfecta, única, y, por supuesto, estúpida.

Así, moribundo, dedico mis últimos segundos a observarte.


Me miras de regreso, colocándote en cuclillas para alcanzarme en el suelo. Y, en ese instante, quien sabe por que, llego a creer que vas a salvarme del suicidio amateur en el que me enredé; pero, en su lugar, me dices algo que suena muy parecido a: "¿Quieres una menta?" mientras de tu bolsillo sacas una cajita con hediondas laminillas verdes.


Mi último aliento es exhalado en forma de un: "No, no gracias."

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¿A las cuántas vueltas se me permtirá echarme por fin?






martes, 6 de diciembre de 2011


...Más numeroso que las arenas del mar.


Las palabras rebotan; se estrellan en algo que no se que es. Regresan a mí, cual boomerangs redondos, y yo, jugador inexperto, no logro alcanzarlas al vuelo sino que permito que abollen mi carne, en espera de que eso cause hendidura suficiente que revele mi interior. De esa forma la sangre, vómito, vísceras e intestinos se comunicarían en mi lugar. Y asi, por fin, abandonaría la charada idiomática pudiendo de una vez por todas hacerte entender que...


¿Qué..?
¿Qué era...?




sábado, 3 de diciembre de 2011


You just can't kill the beast




Abre las piernas sin levantarse la falda, esperando a por mi rostro.

Obediente, me arrodillo de lleno, rompiéndome las rodillas.

Miro, sin realmente ver, todo ese hueco que se abre y cierra, como boca sin lengua...

Con la vaga esperanza de una comunicación, le he terminado obsequiando la mía.
Al principio no dice nada, pero, después, ya nada puede callar a la cavidad parlante.
La ausencia de dientes es notoria, las palabras brotan deformes, húmedas; semejan fetos abortados.

Recibo sus intentos, se estrellan en mi rostro quedándose como pegatinas infantiles.
Y así, con la cara apestando a mar o a cuentos marítimos...
Perezco para siempre sin derecho a renacer.

En cuanto a ella, pues, ella...
Ella no soy yo.