lunes, 25 de noviembre de 2013


Sopa de letras



Dicen que la curiosidad mató al gato y que el pez por la boca también se murió. Que si te disparan, sangras y sólo tienes seis litros que derramar. Que la mitad de dos es soledad y las lágrimas son saladas como el mar, que todo se transpira y si el miedo se puede oler, también el amor. Así que más vale diablo en mano que ciento volando; y como bien dijo Galileo, aún así se mueve.  Dicen algunos que había una caperucita y una abuela y un cazador y un lobo que soplando soplando se convirtió en un bello cisne. Dicen otros, también, que no solo hay medias naranjas, sino también cuartas y octavas, pero al final, la vida sólo te da limones.
Dicen unos cuantos que limonero a sus limones y las agujas al pajar, no vaya a ser que te saquen los ojos. Dicen pocos que no importaría para donde vaya la flecha del tiempo, en algún punto dejaríamos de ser o no ser, aunque ya no sería la cuestión. La verdad es que nadie puede tragar pinole -por más saliva que tenga- si su boca está cerrada para que no entren moscas. Varios dicen que no hay mal que por bien no venga, y si se viene en multitud, es mejor.  Que Jesús resucitó al tercer día por qué olvidó madrugar y Dios no lo ayudó; aún así, todo es preferible antes que te lleve la corriente, a menos que ésta vista de seda.

Sin embargo, qué más da, si todo lo que sube; baja, todo lo que empieza termina y lo olvidado, algún día se recordará. En sí, nuestras palabras sólo son meras fotocopias de palabras dichas ya.




domingo, 17 de noviembre de 2013


Y después del pecado...vino la sangre.


Tengo unas ganas tremendas de romper mi vestido.
Desgarrar cada hebra, hacerlas sangrar poliéster.
Abrirlo en canal, desbaratar los tirantes.
Y ahí, mientras la prenda agoniza...
Bailar desnuda sobre él.