sábado, 24 de noviembre de 2012


Inserte aquí la metáfora



Mientras escribo algo se pierde, se difumina a través del desgarre de los minutos. Segundos que ya son horas, días, meses y años enteros, se desgajan al menor roce. Algo corre, se le mira la espalda mientras huye. Todos esos "hubieras" aprisionados entre comillas se ampollan en la lengua inevitablemente.

La vida impasible continua mientras las emociones vuelan como Ícaros al sol. Y uno las mira, encandilado por la luz, ciego ya, ciego siempre.

Y nada más falso que creer que al omitir la palabra hacia el otro se logrará la libertad emocional. Porque uno siempre soñará que le dice, imaginará que le dice, rumiará lo que le quiere decir pero calla. El soliloquio que jamás será diálogo fluirá por entre la semántica personal, eternamente.

Mientras escribo, algo se pierde, recuerdos que estallan en el suelo. La indiferencia del objeto tortura las reminiscencias hasta deformarlas. El sentido se encubre en mi idioma lírico, demencial, inalcanzable.

El atracón sentimental seguido de su consabida purga. Extásis. Vacío.

Algo se perdió.

¿Cuándo me perderé yo?




sábado, 17 de noviembre de 2012


Adelita



En busca del amor, Adelita fue a la guerra.
Con el tiempo, olvidando de qué se trataba el ser amante de un hombre, convirtió a la lucha en su pasión..
Los varones, aturdidos, se quedaron solos haciéndose compañía.
Las adelitas, en extásis, perecieron al mismo tiempo que su querida revolución.

Desde entonces, nunca se ha visto a ninguna.