miércoles, 29 de junio de 2011


Para Elisa


No más pingüinos que remeden pasteles de cumpleaños.
No más groserias susurradas por lo bajo.
No más de esa patología alemana.
No más películas en blanco y negro.
No más comidas familiares los Domingos.
No más Elisa.
No más Tú.
(¿Qué voy a hacer cuándo me de cuenta de que en verdad has muerto?)
No más Yo.

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...Mientras yo jugaba caras y gestos.




sábado, 25 de junio de 2011


Moonlight Sonata




No era por coger, algo en mí lo sabía. Ella no quería que la poseyera. No, iba más allá de simples polvos o pajas vouyeristas.
Desde el inicio me vi imbuido en sus prácticas perrunas y en sus lengüetazos furtivos. Me dejé llevar, guiado por la engañosa sensación de ser necesidad de su carne así cómo ella lo era para la mía.

Error.

No sospeché, no al inicio. La petición constante de escuchar Claro de Luna mientras copulabámos no me parecía relevante, sino una especie de matiz -en un sentido perturbador- que en ocasiones fungía como catalizador de mi lujuria y en otras, las más comunes, decrecía cualquier erotismo en mis venas.

Claro de Luna. Claro de Luna. Claro de Luna.

Fue hasta que le descubrí tocándose mientras esa canción se evaporaba en la habitación que caí en la cuenta.

Jamás le había hecho mía, no podría hacerlo aunque follara con todos sus agujeros al mismo tiempo...

Su amor pasional; su amor verdadero era esa estúpida melodía.

Yo sólo era un consolador de apariencia humanoide.




sábado, 18 de junio de 2011


Quantum Suicidium




Puedes intentar ignorarlo, puedes intentar negarlo cuantas veces quieras y seguir con tus pequeños juegos, pero ellos andan cada vez más cerca. Incluso, es posible que hayan estado allí desde siempre… Esa es la verdad. Nunca ha habido escapatoria…

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-Damas y Caballeros de la prensa....
Cámaras enfocando, video rodando,blancas libretas desgarradas con lapices manipulados por diestros y zurdos.
-...Soy el doctor Barrón, primero que nada dejenme expresar la alegría que me causa el hecho de que haya tantas personas en la sala...
Los flashes se encienden, mueren y reencarnan a una velocidad asombrosa.
-...Esta noche voy a darles una demostración práctica sobre la existencia de las dimensiones paralelas. Como pueden ver, esto que tengo en la mano es una pistola nueve milímetros cargada...
Nadie se inmuta, observan el arma cómo se mira a un vendedor de globos ambulante.
-...Será pieza clave para nuestro experimento. Un experimento real conocido como Quantum Suicidium...
Alguien se revuelve en su asiento mientras que un sujeto con barba le pregunta a otro "¿Ha dicho suicidio?" Sin obtener respuesta.
-..No se intranquilicen por favor, puedo afirmar que la posibilidad de riesgo es nula. Observen que ocurre cuando coloco la pistola en mi sien y oprimo el gatillo...
Se escucha un ruido seco que es suprimido por los suspiros de la audiencia. No hay sangre, el doctor contínua con sus parpadeos, sus tics, su respiración, su perorata.
-...No, no es que al cartucho le haga falta munición; observen el florero...
Barrón apunta al pálido envase que sostiene una margarita, dispara y en milesimas de segundo la porcelana se destroza en pequeños pedazos que se expanden en la mesa, el agua se desliza fuera del escritorio manchando las notas de un reportero asiático. Una mujer se ha cubierto la boca con ambas manos manteniendo los ojos tan abiertos como su complexión le permite.
-...El florero no está, yo sigo aquí, tan simple como eso. Ocurre que no puedo ser dañado por el arma; intentaré explicarme: Cada vez que oprimo el gatillo dos realidades se crean, una donde la pistola no fue disparada y otra donde sí. La máquina que he creado...
Señala una caja negra cuya extensión esta conectada a un alimentador al fondo de la habitación. Algunos de los expectadores siguen el cordón con la mirada mientras otros analizan la caja. De momento nadie percibe el zapato que se encuentra en un punto del cable.
-...Me garantiza que siempre nos encontraremos en la realidad donde no se disparó. ¿No lo ven? ¡He creado la inmortalidad quantum! donde bajo ninguna circunstancia esta pistola podrá matarme...
Es en este punto cuando las cámaras hacen zoom, los lápices se aceleran y las llamadas telefónicas importantes toman lugar. El mismo hombre de barba objeta: "Espere un segundo, ¿eso significa que cada vez que aprieta el gatillo, en otra realidad, us...usted...usted muere?"
-...Si, seguramente, sin duda, pero eso es trivial. Hay una cantidad de situaciones que podrían ocurrir en cualquier momento en algún lugar, pero el punto es...
El zapato antes mencionado se enreda de pronto en el cable, el dueño del calzado al librarse de la incomodidad desconecta la extensión que suple de energía a la máquina. No se dice nada, no se hace nada.
-...Que este evento (el oprimir el gatillo y matarme) no pasó aquí...
"Esta desquiciado" grita alguien al fondo de la sala protegido por el anonimato.
-...¿Desquiciado?, ¡¡¡DESQUICIADO!!!...
"Hey" Dice por fin el hombre-zapato "¿Esta cosa se supone que debe estar enchufada? Creo que le pisé y la desconeté sin querer"

-...TONTOS, ¡Fijen la mirada de una vez por todas en la inmortalidad!...

Una vez más coloca la boquilla en su cabeza, una vez más dispara, sólo que esta ocasión la bala cruza su cráneo hasta estrellarse en la pared; el pizarrón donde segundos atrás se ostentaban ecuaciones matemáticas queda ahora cubierto por un licuado marrón. El hombre de barba se pone de pie, al mismo tiempo el hombre-zapato permite que el cable se deslize por entre sus dedos. Los flashes no dejan de perecer y renacer, el uso de la telefonía móvil se incrementa.

Al doctor Barrón no lo mató la curiosidad como suele ocurrir con la mayoría de los felinos, le ha asesinado la ignorancia de las masas.




jueves, 16 de junio de 2011


Re-presión


La princesa, acercándoseme por la espalda, se alzó de puntillas para cubrir mis ojos con sus manos... Ella jamás ha pronunciado: "¿quien soy?". Yo nunca he querido adivinar.
Sostengo la respiración desde entonces por la certeza de identificar el hedor de tu necesidad en sus palmas.




sábado, 11 de junio de 2011


Se abre el temporal de lluvias y yo puedo verle las bragas





La lluvia trajo consigo una voz húmeda (o es que fue al revés). El cristal no es ninguna defensa para la sensación pegosteosa que le queda a uno en la piel y en el cabello...Si, la lluvia se vino, cual mujer egoísta que espera que le recibas sin más. Lo peor es que lo hice, mi cuerpo entero le dio cabida, su aliento helado me envolvió hasta inmovilizarme y ella sólo se limitó a escupirme gotas de saliva poluta. Poseyó mi carne, eso te lo puedo admitir, pero mi espíritu aún se resiste.


Mi ser permanece meláncolicamente aconquistado...de momento




miércoles, 8 de junio de 2011


¿Del 1 al 10? Donde uno es un pellizco y diez es "tengo una ardilla rabiosa en el corazón"


Hoy no pude evocar su rostro. Lo intenté, lo juro por Dios, pero mi memoria se rehusó tajantemente a proporcionarme alguna pista. Me limité a quedarme dentro de mi habitación con la mente en blanco, sin hacer nada en particular. Ni aromas, ni colores; únicamente recuerdos brumosos cual sombras absurdas...sombras de la sombras de la sombras que alguna vez albergaron su silueta.
Probablemente, poco a poco, ni siquiera recordaré que ya no logro recordarle. Con el paso del tiempo la brisa del olvido llenará de bruma húmeda los huecos que ya comienzan a dejar de supurar. Y yo no me daré cuenta...
Lo tangible fue, es y será la sensación de ausencia.




domingo, 5 de junio de 2011


51 People Died Alone


En el sueño portas un uniforme de colores opacos, se siente áspero al tacto y apesta como si lo hubieses traído pegado desde el día en que fuiste gestado. Tus ojos arden por el humo que rodea el ambiente, mientras que en tu garganta se siente picazón, te abstienes de toser pues temes ser descubierto por el enemigo... Es decir, tiene que haber un enemigo ahí afuera ¿no es así?, en las anteriores ensoñaciones siempre los hubo, ésta no tiene por que ser diferente.


Tanteas tu espalda buscando la familiaridad del arma, cuando las yemas ubican el metal duro y frío tus latidos se sosiegan, la lengua se asoma por unos segundos y humedece tus labios. Exhalas con lentitud. La vegetación a tu alrededor poco a poco ha comenzado a cobrar vida, los colores parecen moverse conforme las sombras conquistan el horizonte. Te dedicas a esperar con la certeza de que el viento te traerá el mensaje, el pitazo de salida para comenzar a correr. Cierras los ojos y por unos momentos la silueta de alguien familiar se materializa en tu mente, sin permitir que llegue a concretarse, tus parpados se abren de nuevo y olvidas el nombre que momentos atrás refulgió en alguna habitación lejana del laberinto que representas.


El sudor se ha mezclado con la humedad del lugar haciéndole en cierta medida tuyo. A cada minuto el temblor en las manos aumenta; inyecciones de adrenalina que te ponen a tope. Hoy no hay luna que te pueda ver sonreir. Sin testigos te percibes por primera vez libre, lejos incluso de ti mismo y la antigua vida que asfixiaste con esas falanges que ahora aferran tus rodillas.


...Le escuchas; un repiqueteo por el flanco derecho. Las palmas se tensan y en acto reflejo toman por la fuerza el bagaje en tu espalda. El dedo índice roza el gatillo unas cuantas veces; abandonando tu posición en cuclillas te colocas nuevamente de pie. El ruido ha aumentado en frecuencia y tono, sea lo que sea ya se encuentra en tu rango de visión; una figura con gabardina se alza a unos metros de tu lugar. ¿En qué momento percibió tu ubicación? No es importante, nada lo es excepto la figura y tú.


Ambos levantan sus armas apuntandolas a los puntos vitales del otro, escoges la garganta y el enemigo el corazón. A lo lejos se puede escuchar el canto de cortejo expulsado por una cigarra; el silbido de las balas rebana la melodía indoloramente, vacían el cartucho sin haberse dado cuenta siquiera.


No sientes dolor pero te rehusas a mirar tu cuerpo en busca de daños, te concentras en tus respiraciones, el pulso, la transpiración, lo que sea que distraiga esa curiosidad morbosa; tus ojos buscan a lo que se encontraba frente a ti infructuosamente. Relajas las manos que ahora parecen arder provocando que el arma se desplome en el suelo. No hay miedo, sólo un deseo tremendo de probar bocado, la lengua asoma un última vez inundándote de un sabor amargo las papilas.


Sin aviso, tus extremidades han dejado de responderte. "Todo el mundo muere" Te dices, sin embargo, por alguna razón eso no te tranquiliza. No pasa nada... Esto es un sueño.


Despiertas con un quejido. Tu cuerpo duele y la cabeza parece gritarte en diversos idiomas al mismo tiempo, sin prestarles atención te colocas la ropa para ir a trabajar, eliges la que huele ligeramente mejor que las otras amontonadas en un rincón. Mientras comes pan tostado enciendes la televisón: Un tipejo con traje enuncia una perorata de la que únicamente distingues el hecho de que hoy murieron cincuenta y un personas en quien-sabe-qué país debido a un enfrentamiento bélico; mientras el discurso del locutor persiste aparece una presentación con fotos, una de ellas te resulta conocida, a tal grado que derramas el cafe sobre la mesa y te atragantas con el bollo. Se trata de un hombre con un agujero de bala en el pecho; justo en el momento en que te falla el aire la siguiente fotografía cubre a la anterior y olvidas eso que segundos atrás refulgió en alguna habitación lejana del laberinto que representas.


"Todo el mundo muere" Te dices, esta vez si logra tranquilizarte. No pasa nada... Esto es un sueño.


Me despierto.