lunes, 29 de junio de 2015


Roña




En este juego yo siempre persigo

y todos corren.
.....





domingo, 28 de junio de 2015


Lo onírico



No sé si te pase a ti, pero mis sueños no huelen a nada.
__________________________________________________________________


Tengo ésta compulsión, de tratar de hacer mis sueños realidad.

O es que tal vez, fragmentos de mis ensoñaciones se adhieren a mi piel, hincando con todas sus fuerzas los dientes para que al despertar, ellas despierten conmigo. Su saliva da una terrible comezón, salpullido onírico que no me permite pensar en otra cosa. No puedo sentir otra cosa.

A veces, vienen personas completas, adheridas entre mis pupilas cuando abro los ojos. Y eso es lo peor... Se alimentan conmigo, se ríen, se sorprenden con el mundo exterior queriendo echar a correr tras algo diferente cada minuto. Me vuelvo madre de mi propio sueño; le regaño, mimo, narro historias, seco lágrimas oníricas, le miro crecer, tomo su mano con fuerza conforme va muriendo.

Morir le lleva tiempo, se resiste, intenta que vuelva a soñarlo, que pretendamos re-actuar el sueño, conforme desaparece se va enojando conmigo, me escupe, me odia... pero siempre al final un beso, siempre un beso que no es tal.

Es entonces, después del funeral, que te llamo y mi "soñé contigo" se diluye bajo disfraces semióticos que se llevan en su corriente lo que realmente quiero decir.

_________________________________________________________________

Soñé contigo.





jueves, 18 de junio de 2015


de analogías





Tiene que ser eso...

La razón por la que los demás huyen de mí como aves fugaces. En parvada.

Soy un espantapájaros.


¿Puedes ver lo que hay debajo?






lunes, 8 de junio de 2015


Lágrimas laborales




Sigo siendo una niña.




miércoles, 3 de junio de 2015


Vestimenta cochina



Una vez más fui criticada por mi manera de vestir. Mi tono de voz. Mi forma de ser. Una vez más escuché, acurrucada dentro de mí misma, palabras que se agrandaban dentro de mis oídos convirtiéndose en cerilla pegadiza. Yo, este yo que no encaja; como pieza malhecha de puzzle que ni a madrazos entra a formar parte del rompecabezas. Escuché. Estrujé mis dedos. Y pensé, pensé...

¿por qué no puedo ser ese librero de allí?


Levanté la cabeza y me fui.