martes, 31 de enero de 2012


Balada de las cosas sin importancia (Mi versión)


Abro los ojos. La primera imagen: El reloj en forma de lechuza marcando el suicidio constante de los segundos. El ave jamás echa a volar, permanece fija; le miro patéticamente, a la espera de que cobre vida. En vano.

Abro los ojos. Segunda imagen: Una mujer atractiva escondida bajo el manto del aturdimiento me dirige palabras que no son para mí. De repente me he convertido en un espejo, un espejo que no puede reflejarle. Ella, aún bajo el torpe disfraz de aturdición; me mira patéticamente, a la espera de que yo cobre vida. En vano.

Abro los ojos. Tercera imagen: Vómito infantil cubriendo un plato de ensalada. Algo en ello me recuerda vagamente a mí mismo. Mi persona se diluye entre el trapeador y cubeta verdosa. El niño, aún con pedazos de comida en los labios, mira patéticamente un punto en el techo a la espera de que algo cobre vida. En vano.

Abro los ojos. Última imagen: Negro. La débil sensación de que aún poseo corporeidad pero sin pruebas que lo confirmen. No hay nada que mirar; mis dedos -lo que creo que son mis dedos- se extienden hacia mi cuello -hacia donde creo que se encuentra mi cuello- en busca de pulso. En vano.

Cierro los ojos.




miércoles, 25 de enero de 2012


Lluvia Cítrica




Soñé.

Y al llegar el día con su consecuente rutina; me empeñé en seguir dormida.

...Acabo de despertar.

....


Y tú, ¿Soñaste?




domingo, 22 de enero de 2012


La "cordura" es un grotesco animal


-No dispares -Me dice ella temblando, con los ojos enormes; ahogados en su propias lágrimas.



Lo primero que hago es mirar mis manos desnudas, luego la miro a ella, extiendo mis manos y se las muestro, el rostro de la chica adquiere un rictus de terror volviéndole más íncomoda a la vista, miro mis manos de nuevo, la miro de nuevo a ella.


-Por favor... -Balbucea -Por favor, por favor, porfavorporfavorporfavor.


Sólo para ver que pasa, hago la pantomima de una pistola con mi mano derecha dejando extendidos el dedo índice y pulgar. Ella sigue asustada, se mantiene acurrucada en uno de los rincones de su cuarto acolchonado; la bata blanca que me cubre no parece tranquilizarle como sucede con otros pacientes.


-¿Qué hace, doctor? -Susurra una enfermera a mis espaldas.

No le contesto, sigo con mi mano-pistola apuntando a la cabeza a la otra mujer. Su cabello revuelto emana un fuerte olor que me hace pensar en el amizcle. La enfermera comienza su letanía sobre la paciente, historia clínica y avances. Palabras como "Violación, Esquizofrenia, Delirios" entran y salen por mis oídos sin ser almacenadas.


-¿Que pasaría...? -No culmino la pregunta, en un rápido movimiento levanto mi mano semejando un disparo. Al principio todo se queda igual: la mujer aterrorizada escupiendo -por favor- de cada poro, la enfermera hablando en tono estúpido y yo, aún más estúpido, finjiendo traer un arma en los dedos.


Después, percibo como un pequeño pero notorio flujo de sangre se abre paso por entre el cráneo de la paciente, después, una especie de sonido como de palomitas explotando invade la habitación. La mujer cae de lado con el cerebro expuesto y el por favor número ochenta y siete atorado en la garganta.


Miro mis manos desnudas sin poder creérmelo por completo. La enfermera está a punto de gritar, lo sé, por ello es que me vuelvo hacia ella lo más veloz que puedo y tomándola fuertemente del brazo, la empujo dentro del cuarto.


-¿Qué le ha hecho? -Atina a decirme antes de ser invadida por un ataque de sollozos.


No lo sé, así que no le respondo. En un último intento por convencerme de que no he sido yo -de que no pude haber sido- de nuevo hago la finta con mi mano, con la diferencia de que en esta ocasión apunto a la cara de la enfermera.


-¡No...! -Me grita sin terminar la oración, su cara explota delante de mí como si de un fuego artificial se tratase.


Me descubro riendo a carcajadas; sin dejar de reir reclino mi cabeza hacia atrás y coloco entre mis labios el dedo índice. Solo para ver que pasa...


...No pasa nada.




lunes, 16 de enero de 2012


Blue Monday






domingo, 15 de enero de 2012


Putinglo




Me llevarón con la Tía un día de verano, cuatro días despúes de mi cumpleaños número siete. Mi madre me abandonó en su cuarto sin mediar palabra, un ondeo de faldones oscuros y sanseacabó, estaba atrapado bajo llave en un cuarto que apestaba a pis y a gato viejo empapado en pis. Algo se revolvía en un rincón, un bulto con senos o un par de senos con bulto se alzaba en momentos solo para volver a encorvarse segundos después. Yo no la veía, mis ojos no parecían acostumbrarse a la oscuridad, nunca lo hicieron.


De repente, una especie de graznido, un rezonar de cazuelas y unos labios arrugados apretándose con los míos; una mano fría y huesuda sosteniendo la mía, ahora mis deditos dentro de las piernas de la Tía. Una lija o una rata muerta que se retorcía en mis manitas lamiéndome las falanges. Terminó rápido. La puerta ya se abría y la Tía era dejada en su refugio mientras yo era llevado por mi madre de regreso a casa.


Mis manos fueron amputadas al día siguiente, mi padré realizó el hecho derramando cuatro lágrimas. Algo en mi comprendió sin realmente comprender cuando en el jardín, detrás de la valla, todos mis hermanos despidieron a mis órganos recíen cortados con sus muñones rosados.


Nunca volví a ver a la Tía ni a mis manos. Pero sé donde están y que han estado haciendo todo este tiempo.




martes, 10 de enero de 2012


Anna....


Soñé contigo. Claro que, tú no te veías como tú sino como alguien más. Yo seguía siendo yo, mientras lo demás era el punto intermedio entre nosotros. De los labios de ese alguien más que eras tú se asomaron un par de grillos que resbalaron por tu garganta para caer en mis dedos; Yo -que seguía siendo yo- los aplasté sin pensármelo, y mientras lo hice nuestros corazones se detuvieron caprichosamente.


No desperté al sentir mi muerte, sino al darme cuenta de que la tuya se había presentado desde hacía muchos años atrás.




sábado, 7 de enero de 2012


Para ti, que no conoces este blog...y te da igual.


Mi cabeza explotando, si, a que eso seria buena imagen. Depuracion instantanea, casi magica. Olvida las mechas, preambulo femenino obsoleto, mejor centrarse en la huida, en las piernas corriendo y los pulmones a toda pastilla. El deleite de los efectos secundarios a manera de masilla cerebral en tus mejillas...La terapia posterior...la siguiente, la siguiente, el abandono total de vinculos en caida libre, la creencia de mejoramiento para continuar con la posterior confirmacion de que no ha sido asi. En este punto no importara, habras descubierto que estando colocado no parece tan malo.

La clausura total del alma en efecto de embargo, unos ojos (tu ojos) vacios e inutiles, una sucesion de dias que mas parecen fotos mal enfocadas, hasta que, por fin...sin mecha, sin preambulo, la imagen de tu cabeza explotando se habra colado en la narracion.

Y eso, eso si que sera la madre de todas las buenas imagenes.




martes, 3 de enero de 2012


Credulidad


Usando como únicas herramientas una red y un martillo, el hombre capturó al ave que tanto tiempo había perseguido.Rompió sus alas a golpes enjaulándole sin ceremonia. Tres alimentos diarios y un poco de agua antes de cenar mantenían con vida al pájaro.
En la espera por oirle trinar, el hombre terminó por enamorarse de ella.

Un día, el ave, pidió que él la acariciara, prometiéndole a cambio que cantaría para él.
Él, sin pensarlo, abrió la puerta de la jaula extendiéndo al mismo tiempo la mano para rozar a esa que se había convertido en su obsesión.

Ella le mordió con todas las fuerzas que pudo y aprovechó la incredulidad del hombre para escapar por la ventana abierta.

"Lo prometiste" -Alcanzó a escupirle con furia.
"Te mentí" -Contestó antes de irse.