sábado, 11 de junio de 2011


Se abre el temporal de lluvias y yo puedo verle las bragas





La lluvia trajo consigo una voz húmeda (o es que fue al revés). El cristal no es ninguna defensa para la sensación pegosteosa que le queda a uno en la piel y en el cabello...Si, la lluvia se vino, cual mujer egoísta que espera que le recibas sin más. Lo peor es que lo hice, mi cuerpo entero le dio cabida, su aliento helado me envolvió hasta inmovilizarme y ella sólo se limitó a escupirme gotas de saliva poluta. Poseyó mi carne, eso te lo puedo admitir, pero mi espíritu aún se resiste.


Mi ser permanece meláncolicamente aconquistado...de momento

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio