martes, 10 de enero de 2012


Anna....


Soñé contigo. Claro que, tú no te veías como tú sino como alguien más. Yo seguía siendo yo, mientras lo demás era el punto intermedio entre nosotros. De los labios de ese alguien más que eras tú se asomaron un par de grillos que resbalaron por tu garganta para caer en mis dedos; Yo -que seguía siendo yo- los aplasté sin pensármelo, y mientras lo hice nuestros corazones se detuvieron caprichosamente.


No desperté al sentir mi muerte, sino al darme cuenta de que la tuya se había presentado desde hacía muchos años atrás.

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