miércoles, 3 de junio de 2015


Vestimenta cochina



Una vez más fui criticada por mi manera de vestir. Mi tono de voz. Mi forma de ser. Una vez más escuché, acurrucada dentro de mí misma, palabras que se agrandaban dentro de mis oídos convirtiéndose en cerilla pegadiza. Yo, este yo que no encaja; como pieza malhecha de puzzle que ni a madrazos entra a formar parte del rompecabezas. Escuché. Estrujé mis dedos. Y pensé, pensé...

¿por qué no puedo ser ese librero de allí?


Levanté la cabeza y me fui.

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