sábado, 14 de febrero de 2009


Muerte número 13


Vi de de nuevo la prepa, mi padre me llevo hace dos días. Pero...no era la prepa...no era mi prepa. Tuve la sensación de que habiamos cambiado de dimensión sin siquiera distinguirlo. Tuve miedo de verme a mi misma atravesar la avenida en cualquier minuto, con una mochila diferente a la que traigo ahora...si me viera..¿que haría? si pudiera hablar conmigo ¿que me diría?. Pero nada pasó..el trafico avanzó y la dejé atrás....o mas bien...ella desapareció. Ese día la universidad estuvo mas fría que de costumbre.




Una larga fila. Un sinnúmero de personas que jamás he visto en mi vida. Pensé que cuando muriera por fin, aquellos individuos que significaron algo para mi serían mis acompañantes. Pero creo que es mejor asi, observar solo rostros que no sientan nada por mi. De esa manera la tristeza es menor. Subo al tren sin siquiera mirar atrás. Y comenzamos a movernos.

Todos los asientos se ocupan rápido así que me toca ir de pie. Maldigo dos o tres veces. Un hombre me golpea constantemente los hombros con su mochila mientras otro roza con su rodilla mis muslos. No le presto atención. Nadie esta llorando. Eso me incomoda. Un anciano sentado frente a mi se limita a observar a una mujer comiendo frituras. Sus pupilas. Hay algo en sus pupilas.

Afuera van quedando atrás paisajes de mi vida. Caminos recorridos. Casas que me han impresionado y en las que he recidido. Escuelas. Se me ocurre que quizás pueda llegar a verme correr por entre alguna de las calles. Si eso pasara, quizás me advertiría a mi mismo varias cosas. Pero no me veo, parece ser que todos mis yo estan conmigo. Solo distingo siluetas de gente que llegué a conocer. Verlo desde tercera perspectiva es triste. Saber que no les veré nunca más es aún peor. Quiero llorar. Quiero gritar. Pero mis ojos continuan obligandome a mirar sin siquiera parpadear. Mi boca esta sellada. Ah...Es por eso que nadie llora aqui. Respiro aliviado. Sonrio todo lo que mis labios me permiten. Parece una mueca de dolor.

El tren sigue su curso. Hay niños aqui que no paran de preguntar el destino mientras sus madres intentan cambiar el tema o entretenerlos con juegos. Pero los que no tienen esa compañia maternal solo miran al exterior. ¿Verán lo mismo que yo?. ¿O el mundo que ellos crearon?.

Nos detenemos. Todos, incluso yo pensamos que tal vez hemos recibido una segunda oportunidad. Por entre los cristales las siluetas cambian a cuerpos físicos. Otro yo que no soy yo está junto con ellos. Ahora distingo a la perfección. En ese momento algo en mí explota. Algo pierde el control. Quiero bajarme y hablarles. Decirles...decirles...

Las luces se apagan. Hay mucho alboroto. Alguien a mi derecha se desploma y después...

1 comentarios:

Blogger Monguishou ha dicho...

la frase tiene un buen punto

que haria yo, si me encontrara a mi mismo?

y aaaa koko!! >.< kedo muy en suspenso la historia
que paso despues d q se apagaron las luces (con el apagon (8) que cosa sucedio? que cosa sucedio? con el apagon (8) xDD)
ya enserio, hay segunda parte? o.o?

buena historia muchacha =D

14 de febrero de 2009, 10:19  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio