martes, 13 de enero de 2009


3:00 A.M.



Frase:

-Es un secreto entre tu y yo
-Entonces ya no es un secreto.

Leyendo: After Dark (Haruki Murakami)

Una habitación a oscuras.
Observamos la escena a través de los ojos de un felino que de casualidad pasaba por la zona. No logramos distinguir el color de las paredes, simplemente figuras y sombras que se mueven al compás de la farola. Pero, de entre todos los objetos que juegan a ser monstruos y demonios utilizando la oscuridad como disfraz, logramos apreciar un bulto. Un bulto que parece respirar. Miramos ahora con detenimiento, esperando que nuestra hipotesis de que en esa habitación exista algún ser vivo se corrobore o por el contrario, se evapore igual que las memorias de un recién nacido.

Como si nuestros deseos hubieran sido escuchados, la televisión del cuarto se enciende, mostrandonós una habitación extremedamente parecida a esta, con la diferencia de que la otra se encuentra completamente iluminada y hay una silla en el centro, donde un hombre de traje descansa sobre ella. Esta sonriendo. Sostiene algo con su mano derecha pero no logramos apreciarlo de momento.

El recinto de de "este lado" se vuelve más diafano, pertimiendonos en efecto vislumbrar la silueta de una mujer de aproximadamente veinte años, su cabello se encuentra extendido en la cama asemejando un abanico abierto, a primeras vistas parece ser hermosa. Si tuvieramos labios, de ellos brotaría más de un suspiro. Que decir de si poseyeramos corazón, este hubiera sido robado en el preciso instante en que nuestras pupilas se posaran en ella. Pero para desgracia o fortuna no los tenemos, así que nos conformamos con mirar a traves del animal que nos ha aceptado como huespedes sin cobrarnos ni un céntimo.

Al mirar al mundo "del otro lado" notamos que el hombre se ha puesto de pie. Es un varón como cualquier otro, sin señas particulares que lo embellezcan o degraden. La sonrisa no ha desaparecido, al contrario, se ha ensanchando de una manera casi dolorosa. Su nueva posición nos hace más sencillo verle las manos, las cuales comienzan a pasarse entre sí un objeto que a primera instancia no le encontramos forma, utilizamos toda la agudeza visual para poder distinguirlo. Es una pistola. Juega con ella como si fuera un juguete.

Al mismo tiempo, la mujer se ha puesto de pie también, sus ojos permanecen cerrados, sus manos no dejan de moverse, haciendo la finta como si hicieran malabares, asi, justo asi, se comienza a acercar a la televisión hasta quedar frente a ella. Las personas de los dos mundos están haciendo los mismos movimientos. Como si uno de ellos fuera el reflejo del otro. Lo dificil es saber cual.

Por primera vez intentamos entrometernos en la escena, hablar o gritar de alguna forma que despierte a la chica. Dentro de nosotros crece la sensación de que algo va mal y queremos decirselo, pero, nuestras palabras no son escuchadas. Algo o alguien ha decidido que nuestra participación esta prohibida.

El hombre de la televisión comienza a saltar en el mismo lugar.
La mujer hace lo mismo.
El hombre se detiene y ahora lleva sus manos a su cabello, jalando con fuerza hasta arrancarse algunos cabellos para después comerselos.
La mujer hace lo mismo. Sin que su rosotro se altere por el dolor.
El hombre saca la lengua y la muerde con todas sus fuerzas hasta arrancarsela.
La mujer hace lo mismo. El órgano brinca y rebota en la superficie como un gusano moribundo.
El hombre inserta el arma en su boca. La sonrisa no se extingue, solo parece haber mutado a una más obsena.
La mujer hace lo mismo. Como no posee el arma. Levanta el pulgar, deja los dos dedos que le siguen extendedidos y empuña los demás. Una imitación inofensiva. Pero sin embargo, eso no nos tranquiliza.

Una vez más intentamos detenerle, pero obtenemos el mismo resultado. Maldecimos todo lo que podemos pero al parecer solo nosotros sabemos que esto esta ocurriendo. Los demás duermen o están demasiado ocupados como para atender.

Inmoviles, observamos como el hombre aprieta el gatillo. En "ese lado" no se produce ningún ruido. No hay sangre. Todo permanece igual, como si la pistola fuera de utileria. ¿Una broma tal vez? ¿O algo salió mal? Para nuestro horror la sonrisa no se extingue de sus labios.

En el mundo de "este lado" es otra historia, la mujer yace tendida en el suelo mientras un líquido oscuro escapa con avidez de su cuerpo, hay trozos de lo que parece ser hueso y órganos viscosos por toda la habitación. El rostro de la mujer esta completamente desfigurado. Excepto magicamente la boca. La cual dibuja una enorme sonrisa.

La televisión comienza a perder brillo. Un último vistazo al cable de corriente nos hace ver que se encuentra desconectado. Antes de poder dar alguna conjetura, el aparato se apaga por completo. Devolviendole el aspecto anónimo con el que fue construido.

Es todo lo que podemos ver, el gato se ha asustado por algún motivo y se marcha, llevandonos con él, dejando a ese lugar cada vez más atrás. No se escuchan sirenas. No oimos ningún grito. La gente sigue con sus vidas, sin la noción de que "algo" acaba de suceder en sus narices. Nosotros tenemos un sin fin de preguntas queriendo ser contestadas, pero pronto son sedadas por la luz del alba, la cual nos susurra que las cosas asi no pasan, que los demonios no existen, que podemos estar tranquilos, al menos lo que resta del día.

...Hasta que llegue la noche.

El felino se acurruca en un rincón con la intención de dormir, sin poder evitarlo hacemos lo mismo. Este mundo se pierde entre pensamientos y nociones que poco a poco se vuelven confusas, se desdibujan. Y ahora vamos a otro lado...

Recemos por que no sea al mismo donde vive ese hombre tan sonriente.

1 comentarios:

Blogger Monguishou ha dicho...

ok no te pases
ahora si me dejaste bokiabierto koko
lo digo enserio

EL POST ESTA COMO PARA PREMIO!!
esta radical, muy descriptivo muy, wao

ok, este guardalo, te servira mucho en un futuro

13 de enero de 2009, 23:44  

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