El descenso 2.0

Frase:

Yo soy tu sombra...Tu verdadero ser.

Leyendo: Al sur de la frontera, al oeste del sol

Es un fenómeno extraño sin duda. El pasillo no oscurece conforme me adentro en él, sino que se ilumina, tal vez ha sentido mi presencia y le es grata. De la nada a mi mente acude la imagen de una madre recibiendo a su hijo después de mucho tiempo de no verle. Eso en lugar de calmarme me asusta. La calidez del sentimiento sofoca, tanto que mi respiración se agita. Algo en mi me hala hacia atrás con gran fuerza. Pero el deseo (no erotico aún) de ver a la mujer del vestido azul es mayor. Eso y el presentimiento de que si me doy la vuelta me convertiré en piedra o en algo parecido. ¿Por que? No lo se, No lo entendi en su momento ni lo he llegado a entender ahora. Quizás fuera una niñería, pero a veces las niñerías son lo más lógico en una situación ilogica.

Hay puertas. Alineadas en las paredes asemejando a una boca mostrando sus blancos dientes. (¿la boca de quien? ¿los dientes de que?). Poseen pequeñas ventanas por las que uno puede asomarse con libertad. Al principio evito mirarlas ya que el pudor inculcado desvia la mirada, pero me deshago de él igual que lo haría de un abrigo viejo y mis ojos toman completa posesión de mi cuerpo, como si yo, de la nada, me transformara en un ojo gigante que observara todo sin poder parpadear y por lo tanto, al paso de los años, terminara siendo absorbido por la propia suciedad de lo que se guarda en el interior de esos umbrales.

Cada ventana me trae una emoción distinta, es igual que mirar por las diminutas ranuras que conectan los baños de las niñas con el de los niños. Siento que estoy a punto de ver algo bueno y de repente la imagen pierde foco o se corta. Justo asi, quiero verlas todas y en mi prisa no le presto atención a ninguna.

De repente, de una de las puertas brota un sonido, como gritillos ahogados entremezclados con rasguños. Mi piel se vuelve de gallina y me paralizo. Olvido el porque entré en ese lugar en primer lugar y como echar a correr en segundo. Algo o alguien trata de salir de la habitación (o entrar). En mi pecho el corazón acaba de recordar que esta vivo y trata de llamar mi atención por todos los medios. Las piernas se desentumen al percibir un olor nauseabundo (gusanos...gusanos) saliendo de la habitación recién abierta. Pero antes de poder huir, logro ver lo que se arrastra fuera del cuarto.

Es una criatura (es un ser humano) cubierta en lodo (cubierta en sangre) con el cabello alborotado (no es cabello, es carne que se desprende de su craneo). Porta un crucifijo en una de sus manos (porta una navaja en una de sus manos), parece que esta llorando (parece que esta riendo). Me ha visto (Me ha visto)

Viene hacia aqui
(Viene hacia aqui)

Un calambre, la energía brota hacia todo mi cuerpo.
Y ahi, ni un segundo antes ni despues, inicia la bipartición.