domingo, 2 de marzo de 2008


Niebla



Estado: Un poco frustrada, cansada y confundida // Mente apagada //
Frase: "....Lo único que pretendo decir es que prefiero vivir día a día. Si la gente se preocupara sólo del día presente, viviría mucho más feliz" (Garraty)

Leyendo: La Larga Marcha

Existen algunas ocasiones en las que mi mente se desconecta, no encuentro mejor forma de decirlo. Una especie de "baja de luz" en el ático de mi cerebro, producto de las continuas fiestas y consumo de sustancias por parte de los hombrecitos que laboran ahí arriba. El mundo se vuelve más nitido, produciendo un efecto de camara lenta a todo alrededor. Y la pregunta vuelve a mi. ¿que estaría bien hacer?
____________________________________
Llega el anochecer y con él la oscuridad que tanto me incomoda. Las paredes acolchonadas producen sombras parecidas al rostro que poseía mi madre la última vez que la vi. Tan lleno de perdición, sufrimiento e incluso miedo, un miedo profundo reflejado en pupilas ya marchitas por la edad y residuos de lágrimas. Odio cuando lo hace, produce en mi un efecto negativo. Solo quiero que se detenga, sin importar que tenga que hacer para lograrlo. Abrazarla, hablarle, gritarle o callarla con una fuerte bofetada, todo con el objetivo que deje de sollozar. No pido milagros como que sonría o algo parecido. Solo que se calle de una puñetera vez.

He perdido la cuenta de los días que llevo en este lugar, intuyo que a lo mucho son diez, puedo más o menos percibirlo por la cantidad de veces que esos demonios con bata blanca y largas agujas han entrado aqui. Pero me han sedado varias veces, así que despues de todo no creo que sea del todo confiable. Y creo que de todas maneras no importa mucho. Sé que aqui morire. Sin más compañia que yo mismo, una cama, un par de sabanas manchadas, el corazon destrozado y la cara imaginaria de mi madre. Que no se va. Por más que cierro los ojos, por más que rezo, por más que me daño y hago penitencia. Ya no hay perdón. Esa vieja urraca esta criando gusanos en alguna fosa mientras mi alma se dedica a rememorar su sangre esparcida en la habitación, su voz implorandome que me detuviera y su cuerpo fuertemente apretado al mio. Ya no hay reacción sexual, pero dios, juraría que aun puedo sentir sus muslos y sus pechos en mis manos.

"Complejo de Edipo" lo llaman algunos listillos que solo por portar un pedazo de papel ya creen poder catalogar al mundo, ¿pero ellos que saben?. Yo les puedo decir con la experiencia de mi lado que no todo es carnal o simple deseo de cumplimiento de necesidades. Al menos no al principio. Yo la amaba con todo lo que alguien como yo puede amar. Quería brindarle lo mejor, que riera todo el día si eso quería y viera lo que quisiera ver donde le diera la gana. Pero eso no dejaba a un lado el hecho que también añoraba cogerla, follarla, hacerle el amor (o las tres al mismo tiempo) con todas mis fuerzas. Y si sus oidos limpios no pueden soportarlo entonces la puerta esta muy abierta. Enciendan el televisor, ignorenme, no se preocupen, no pretendo subir el tono demasiado alto para llegar a sus preciados hijos.

Nunca conocí a mi padre, solo sabía algunas cosas por parte de mis parientes. Mi progenitor era un adicto de los buenos, de esos que se la pasan en las calles mendigando por dinero para al momento de conseguirlo correr con su provedor, lamerle las botas o lo que pidiera, darle la plata, obtener la mercancía y salir pitando de ahí para poder consumirla en la comodidad de su hogar. Era un gamberro, un ladrón, que con su "vida dura" convencia a jovencitas de acostarse con el y prestarle capital para que continuara con su verdadero vicio. Como imaginarán, una de esos caramelos era mi madre. Que quedó preñada a la tierna edad de dieciseis años.

Una vez enterado de la situación, el hombre huyó a otra ciudad por temor a que se tomaran represalias legales en su contra. Y es asi, como a las ocho meses y medio despues, alrededor de botellas, toallas ensangrentadas y una partera sumamente obesa yo nací. ¿A que es encantador?

Nunca tuve novias, mi entero interés se centraba en las caderas y el afecto de mi madre. La forma en que cocinaba, como cantaba cuando estaba de buen humor, como se le arrugaba la nariz cuando se molestaba por algo que había hecho (como moler a golpes a un compañero que tuvo la valentía de insultarme), creí que podría vivir siempre de esa manera. Madre e Hijo. Y nada ni nadie rompería ese hechizo. Estaba bien solo observarla desde lejos, conformarme con sus leves caricias y poco interes amoroso. No me importaba. Mientras ella no perteneciera a nadie más. Mientras nos tuvieramos el uno al otro.

Que equivocado estaba.

Llegó el día en que mi desengaño ocurrió. Volví de clases temprano, dispuesto a ayudar en los deberes y quehaceres de la faena, pero la alegría no me duró mucho cuando llegue al recibidor y la encontré sosteniendo la mano de un desconocido. Su cara resplandecía. Parecía derretirse su persona ante él. Se despidieron con un beso en los labios. Nunca olvidare esa parte, el contacto que a mi parecer era una obsenidad, la ligera sonrisa, el coqueteo. No podía permitirlo. No podía aguantar más. Como sabeis, laa mente es muy fragil, y en ese justo segundo se rompió en pedazos la poca cordura que me mantenía atado, adherido a las normas. Y el nuevo yo brotó, dispuesto a todo.

Lo restante pueden ustedes imaginarlo, por la noche (una noche como esta) me escabulli a su cuarto, la sometí con la ayuda de unas sogas y apoyandome de un cuchillo prepare la fiesta. Mi fiesta. Ese día murio el niño y el hombre tomó su lugar. Oh, y como nos divertimos. Una y otra vez. de nuevo y de nuevo, hasta que simplemente se rompió. Adios objeto de mi afecto. Adios madre. Adios amor. Adios juguete.

La policia me sorprendió abrazado al cadaver, me sacaron, me subieron a la patrulla, tuve un juicio en el que se me declaro demente y aqui estoy. Fin de la historia. No, el apocalipsis no sucedió. Ningun angel perdió sus alas y no será la ultima vez que pase algo como esto en la faz de la tierra. Amen.

Pero aun no termino, al show le queda un tercer acto. He estado guardando las pastillas que me dan esos enfermeros bajo mi lengua, es bastante sencillo cuando estas tan desesperado como yo. Y hoy, hoy las tomare, masticare y tragare con todo el placer del mundo.

Vere a mi madre. Otra vez. Me encontraré con ella.

Se que me espera. Que esta por algun lado arrepentida de su acción y buscando mi perdon.

Y se lo dare, claro que lo hare.

Eso y mucho más.

...Esto no es locura, que quede claro, es amor, amor del puro.

¿Lo entendeis?

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio