Mariposas Carmesí

Frase:

Cierra los ojos. No es necesario que mires.
Cierra los ojos. No procures abrirlos de nuevo.
Cierra los ojos. Ciegos. Ciegos por siempre.

Leyendo: Lestat el vampiro (Ana Arroz)

"Parece ser que el mundo a tu alrededor se cae a pedazos"

La canción. La misma puñetera canción se repite una y otra vez en su mente. La única explicación es que alguien ahí arriba ha olvidado cambiar el cassette o por fin el tocacintas se ha averiado y el ser encargadod e repararlo ha muerto sin que nadie se diera cuenta.

"Yo estaré ahí. Tu estarás ahí. Nos encontraremos en la oscuridad"

Se coloca los lentes sobre su nariz con un gesto de pereza. Los acordes de la melodía cobran fuerza al notar que la niebla característica del sueño se ha marchado. Y esta bien. Todo esta bien.

"Lo que tu veas veré yo. Estaremos juntos en la oscuridad"

Sin hacer ruido se une a la multitud en la calle, se ha transformado institntivamente en uno de esos zombies dedicados a repetir la misma rutina portando una máscara de sobriedad encima de sus rostros sin cicatrizar. No le importa. Hoy por la noche terminará todo. El pensar en eso le hace salivar y sonreir con el mismo gesto de un sabueso en las últimas fases de la rabia

"Por que si vienen a por ti. También viene a por mi. Yo estaré ahí. Aún tenemos a la oscuridad"

Las calles no cambian. Los individuos siguen su camino con la presencia de la luz o sin ella. Por alguna razón han olvidado a los demonios, duendes y vampiros de su niñez para reemplazarlos por la monotonía de un mundo que no para de sangrar.

"Se siente como si nadie estuviera a tu lado"

Ha llegado a la zona de la ciudad donde el afecto tiene precio. Sin pensarlo decide entrar a la vivienda de color azul cuyo único adorno diferente a las demás es el foco carmesí arriba del portal. Este se enciende como correspondiendo a la mirada curiosa del joven tras las gafas. No hay marcha atrás. Sus pasos violan intempestivamente al silencio que no puede hacer más que aceptarlo y lidiar con ello. La puerta está abierta. Alguien que nunca en su vida ha visto lo espera con ansiedad. Y el también la aguardaba. A ella y solo a ella.

"Quiero que te quedes conmigo y me demuestres que no soy el único aqui"

Música. Música solo para el. La sonrisa tentadora y los muslos abiertos en la habitación. Aroma embriagante y pútrido. Un abrazo que no cede. La sinfonia repitiendose ¿Paraiso? ¿Infierno? No, nada. NADA.

"Si te aterroriza. Entonces me aterroriza a mi también. Nos tenemos el uno al otro en la oscuridad"

El brillo de la navaja alumbra las sábanas manchadas. Ella duerme. él solo la observa respirar. Lentamente recorre su cuerpo con el arma. Como si fuera una parte de su cuerpo. Esta hastiado. Solo quiere descansar. Cerrar los ojos un rato. -¿Me amas?-susurra a sus oídos sin obtener respuesta. Es tiempo de terminar.

"No te preocupes, no eres el único"

Ahora el cuchillo esta dentro de ella. No ha pronunciado palabra alguna. Solamente sus ojos se abrieron como platos mientras un líquido rojo se escapa de ella.El por priemra vez sonríe de buena gana. La mujer yace. La mujer ya no respira. Pero sigue siendo igual de hermosa que siempre. Inmortal.

"Quieres huir de los pecados que te rodean"

Sus muñecas también lloran. De una manera tan vasta que no puede detenerlas. La canción sigue. Él se recuesta. No quiere pensar. Abraza al cadaver como un niño lo haría con su madre y se dedica a esperar.

"En la oscuridad. Nos conoceremos en la oscuridad."

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"En la oscuridad. En la oscuridad. Nos sostendremos el uno del otro en la oscuridad"

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"Por que nos tenemos el uno al otro en la oscuridad"

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