sábado, 19 de abril de 2008


Cadenas


Estado: No se
Frase: "Si tan solo encontrara el botón correcto podría apagarme de una buena vez"
Leyendo: Yo mato

Lentamente coloque los grilletes en mis muñecas y tobillos, tu solo me sonreíste en lo que parecía ser una manera de alentarme a hacerlo, a terminar lo que había iniciado. Escuché el leve sonido al momento en que el mecanismo metalico se cerraba sobre mi cuerpo. No tuve miedo, solo una ligera sensación de hormigueo que venía y se iba como las olas en la arena. En ese momento te observé esperando una respuesta positiva, una galleta para la mascota que ha hecho una gracia. Como escuchando mis pensamientos te acercaste a mí, sin aviso tomaste mis mejillas y acercaste tu rostro al mío. Cerré los ojos esperando aquel húmedo contacto que marcaría el termino de mis desdichas. Por unos segundos visualice una telaraña donde alrededor suyo volaban algunas moscas, pero me vi interrumpido por tu risa inundando la sala. Una risa bastante macabra.

Te alejaste, tu sonrisa se había ensanchado mientras una mirada de desprecio era dirigida hacia mi persona. "¿Que creiste?" preguntaste sin esperar a que te respondiera, me diste la espalda. Intenté alcanzarte, pero las esposas me impedian moverme demasiado. Luché. Con todas mis fuerzas para romper lo que yo mismo me había procurado, pero era inutil. Mis manos se hinchaban por el esfuerzo haciendo mas dificil las maniobras. Mis pies se limitaban a moverse sin sentido en espera que magicamente fueran liberados.

Ya no importaba. Te habías ido.

Conforme pasaba el tiempo me di cuenta que ya no volverías. Al principio me inundo una tristeza tan profunda que por unos segundos me fue imposible respirar. Sin alguna advertencia mis ojos se empañaron. Sacudí la cabeza para evitar que las lagrimas escaparan de mi sistema pero resultaron más fuertes que yo. Después de todo, ellas eran libres, no poseían nada que las atara a diferencia mía. Tomé con mis dedos aquel líquido que brotaba por entre mis parpados y comenzé a escribir en las paredes palabras de afecto, de añoranza, de amor. Pero estas eran ilegibles a menos que se prestara mucha atencion. Se evaporaron a las pocas horas.

Evoque los momentos que pasamos juntos. Las caminatas, los paseos, los problemas. Imagine a una tu que brincaba en los charcos. A una tu que decía que me quería. Noches juntos. Días donde el mundo era solo para nosotros. "Era mentira" Susurraba mi mente a cada imagen a la que intentaba aferrarme. "Jamás fue real" No. No podía ser ¿o si? "Juguete" La ira se apoderó de mis musculos haciendo que golpeara sin cesar a la pared, era una especie de castigo tanto hacia mi como hacia el entorno. Y a pesar de saberlo no pude detenerme. Las palabras hirientes seguían funcionando como gasolina para manterme en movimiento. La sangre no tardó en brotar de mis nudillos. Hice lo mismo que con sus hermanas, escribí con ellas silabas hirientes, groseras y obsenas. Silabas que expresaban todo mi enojo, mi frustración. El fluido no tardo en secarse, formando costras que brillaban con la luz del sol. Ahora esos parrafos formarian parte de mi, sin posibilidad de arrepentimiento.

Dure bastante con este intercalamiento de sentimientos. Llenando las paredes con escritos que se contradecían a si mismos pero a la vez se complementaban. Algunas veces las lagrimas borraban un poco a la sangre formando borrones que no se podían descifrar, otras tantas ocasiones estas expresiones se juntaban tanto por la falta de espacio que simplemente no se podían entender. Llegó un punto en que me sentí agotado. Quise gritar pero habia perdido demasiada sangre como para poder hacer algo más que respirar a intervalos regulares.

En mis delirios creí verte en la puerta. Esta vez ya no me moví. No te culpo de nada, la verdad es que yo mismo estoy aqui por voluntad. Si en verdad deseara irme tal vez hubiera hecho algo más que trasladarme haciendo idioteces de un lado a otro. Me siento bastante cansado. Sé que no vendrás a pedirme perdón, sé que no me liberarás, sé que terminaré muerto. Más aun así....

El sueño me impide continuar con esta cadena de pensamientos (todo se conforma por cadenas al fin y al cabo). Lo unico que deseo ahora es cerrar los ojos y descansar por tal vez unas horas, unos días, unos años. No se.

Hago caso a mis deseos y cierro mis ojos.
Escucho a lo lejos lo que parece ser el sonido de algo rompiendose. Inmediatamente dejo de sentir presión sobre mis muñecas y tobillos.

...Estoy casi seguro que algo o alguien me liberó.
Tal vez algun duende. Yo que sé. Por mi podría ser el mismo Jesús.

"¡Puedes irte!" Grita mi mente por entre sabanas de confusión y ansiedad. Pero yo no la escucho. Solo deseo dormir. Entre el estupor viene a mi una frase que en el momento en que la pronuncio se desvanece como una nube.

-Tal vez las cadenas nunca existieron en verdad-

Sigo sin moverme. Me mantengo en el mismo lugar.

...En lo último que pienso es en su rostro.


...Después, la caida.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio