domingo, 5 de agosto de 2012


Todos somos cebollas. Capas...capas..capas..y dentro..al final.. un mensaje de galleta de fortuna



La envoltura. La cosa envuelta.

Es lo primero que vemos: la envoltura rebosante de colores, aromas, sabores y hedores. Eso que incluso puede llegar a brillar en la oscuridad. La belleza -o el asco- que le deja a uno sin aire, con las manos temblorosas y la imperiosa necesidad de rozar, rasgar, morder, conocer o lamer cada una de las aristas que la conforma. La envoltura. Eso que vibra al ritmo de nuestra voz, del chasqueo de los dedos. Lo que reluce con la saliva. Eso que duerme a tu lado por las noches. Los títulos de libros leídos, oraciones hermosas, sublimes. Un par de ojos sensuales.

Luego, está la cosa envuelta, el contenido, el alma, lo que a veces nunca se llega a conocer -o solo retazos-; el rostro sin máscara, deforme, agrietado debido a la vida misma que se empeña en estrellarte la cara contra la pared una y otra vez solo para ver a que hora te vuelves batidillo. El corazón. La gama de sueños que los ciéntificos tratan de ahogar. La psique. Lo que hasta uno mismo desconoce sobre uno. El monstruo. Eso que habita en el espacio de un silencio a otro. El fantasma. Tú.

-Me embeleso con tu envoltura, aunque sé que es un engaño. Pues temo que, al tratar de removerla en búsqueda de la cosa envuelta....Encuentre nada. Sólo vacío y esa sonrisa tuya a juego.

2 comentarios:

Blogger Kouji ha dicho...

¿Qué eres tu?, ¿una envoltura vacía o aun hay algo dentro del cascarón?

23 de agosto de 2012, 23:39  
Blogger Kokoro ha dicho...

Desgraciadamente... No creo que exista alguien sin "algo" envuelto, pero si personas que no lo ven.. por que lo tienen en la espalda...je

25 de agosto de 2012, 23:48  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio