martes, 23 de noviembre de 2010


Be careful of what you wish for...



Había una vez una niña. Esta niña coleccionaba luciernagas en un frasco de cristal. Todas las noches viajaba a los bosques en su búsqueda. En cuanto le veían venir, las luciernagas huían despavoridas, temerosas de su posible enjaulamiento. La niña con su red atrapaba a las más jovenes o a las enfermas. El frasco se llenaba y la niña con una sonrisa verdosa en el rostro se marchaba a su casa a observarles morir. Día tras día. Noche tras noche. Llegó un momento en que se acabaron las luciernagas. Ni una sola podía vislumbrarse en la oscuridad. La niña lloró mucho. Gritó. Se echó al suelo y manchó sus ropas. Su madre le compró un perrito a la semana siguiente y el frasco quedó olvidado en el último cajón de su buró.

Las luciernagas sobrevivientes celebraron. Pero al final terminaron asesinando al cachorro en espera de que la niña volviese a seguir con su masacre.

Querían que el amor continuase..



FIN

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