lunes, 1 de noviembre de 2010


El diario de una caja (Mi versión)



No hay nada que decir. Soy una caja.
Un ser vacío, inferior, completamente haragán y sin un sentido para respirar.
Una caja.
Sin pensarlo, sin esforzarme, la vida continúa su curso. Una día tras otro en un ritmo tan monótono que llega a causar risa.
Voy a morir ¿No es así?
Voy a morir siendo una caja.
No quiero; me rehúso por completo a perecer con el aroma de cartón pútrido y las cuatro paredes cafés rodeando mi alma.

Hoy… Hoy voy a liberarme.
Hoy dejaré de ser una caja…
Por fin…

El escogerte no ha sido nada del otro mundo. He estado enamorado de ti desde hace ya mucho.
Eones en vida de caja.
Te he observado, cada respiración, cada lágrima o sonrisa que tu rostro ha evocado.
¿Por qué? ¿Por qué te resulta tan sencillo hacer aquello que yo jamás he podido lograr?
Eres perfecta. La antítesis de una caja.
Por eso y no por otra cosa es que voy a…
…¿Qué voy a hacer?

Me tenderé en tu cama. Me enredaré en tus sábanas.
Me colocaré tus ropas. Inhalaré tu esencia.
Seré tú.
Y mientras tanto observarás inmóvil, fría y sonriente dentro de la caja que he hecho para ti.
Amaré a esa caja en que te convertirás…
¿Amarás a este humano en que me convertiré?
¿Lo harán tus padres?
¿Lo haré yo?

1 comentarios:

Blogger Unknown ha dicho...

Puya!!! que buenos escritos! Felicidades! Espero que cumplas co lo que quieres!

22 de mayo de 2011, 15:42  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio