miércoles, 27 de octubre de 2010


Para ti, que ni lees ni conoces este blog... 2.0


Quería sentirte.
En su lugar me he puesto a escribir.

Hoy soñé con una casa vagamente familiar pero igualmente desconocida. Asemejaba a un laberinto hecho por un crío de seis años y rehecho por un chaval de deciseis. Los muebles se veían fríos, ajenos... muertos. Yo estaba ahí, me dediqué a caminar en busca de una salida que jamás encontre. No había sensación de miedo, solamente una imperceptible ansiedad. Tal vez, en el fondo... quería encontrarte a ti. Quizás, como trasfondo... quería que me encontraras.

Puertas blancas con perillas amarillas. Cada una era copia exacta de las anteriores. Por algunas de las ventanas se alcanzaba a apreciar una cochera en cuyo interior dormía un automóvil para cuatro personas. La pintura estaba cayéndose, se desgarraba, lloraba. Ni siquiera yo podía escucharle.

Antes de darme cuenta alguien se había entrometido en el umbral de la habitación en que me encontraba. Sólo pude percibir un brazo y parte del torso...nada más. Yo quería saber de quién se trataba pero mi corazón me traicionó aumentando sus latidos despertándome en consecuencia.

Abrí los ojos.
Y el sueño terminó para darle paso a una resaca afectiva.

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