jueves, 11 de marzo de 2010


アムリタ


Incluso el aburrimiento de las clases se ha vuelto cálido. Un ambiente en el que siento que pertenezco. Me he vuelto una persona más cerrada, un yo distinto.
A veces creo que puedo observar al yo de 18 años correr por alguna calle, en cuanto le noto abandono todo lo que estoy haciendo para ir en su busca, pero, nunca he logrado darle alcance. ¿A dónde va?, quizás a un sitio que yo ya he olvidado o simplemente desconozco.
No siento que sea completamente feliz, sin embargo a veces me descubro sonriendo por el mero hecho de ver el cielo o al percibir el contacto de otras personas. Es curioso que la mitad que queda de mi corazón pueda con todo el peso de mi alma. Le admiro, ojala yo también pudiera ser así.
¿Sigo siendo ese niño melancólico? Ese intento de escritor amateur con las manos húmedas por la ensiedad...¿soy yo?
Ya viene mi cumpleaños...
Leer a Yoshimoto te deja los ojos rojos. Debería venir esa advertencia al reverso de sus libros.

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