Credulidad

En la espera por oirle trinar, el hombre terminó por enamorarse de ella.
Un día, el ave, pidió que él la acariciara, prometiéndole a cambio que cantaría para él.
Él, sin pensarlo, abrió la puerta de la jaula extendiéndo al mismo tiempo la mano para rozar a esa que se había convertido en su obsesión.
Ella le mordió con todas las fuerzas que pudo y aprovechó la incredulidad del hombre para escapar por la ventana abierta.
"Lo prometiste" -Alcanzó a escupirle con furia.
"Te mentí" -Contestó antes de irse.
1 comentarios:
No se si la credulidad debería considerarse una cualidad o un defecto, quizás en un mundo lleno de gente deshonesta podría considerarse una cualidad.
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