miércoles, 6 de julio de 2011


Devolviendo las tripas


A cada vínculo, pedazos de carne se desprenden de tu cuerpo.

Vocablos aislados o frases conjuntas descuartizan los órganos que te componen.

Y sangras -cual virgen poseída- por entre tus piernas, cuencas y encias.


Te derramas; convirtiendote así en cántaro roto cuya humedad cae ante bocas colmilludamente hambrientas.

Mientras las punzadas piden ser coronadas tu abres por fin los labios fungiendo como canal al desgarre vocal.


Cuando no queda hueso inmaculado das a luz la creencia de que el dolor ha cesado, que el amor ha llegado a su fin permitiendote descansar...

...Y entonces reencarnas.

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