Mi distorsionada Liebre de Marzo
Había nacido con zapatos. Rojos, de muñeca, colmilludos,
sus aguijonazos terrenales llegaban a perforar la carne de todos los postrados ante ella
como puentes, como nubes sangrantes (en áquel tiempo).
Y en el rostro tenía variedad de cicatrices, y lentes que intentaban inútilmente cubrir el fuego celeste de sus retinas.
Al pasar, por la noche, se le confundía con una sirena devoradora de corazones
-todos flechados, punzando clave morse-
Más, a decirte verdad, amó la luz solar. Comía en Noviembre castañas y granadas en Abril,
dejándole tanto el dedo índice como pulgar rojizos con un deje amarillento.
Y sentía temor y amor hacia el Ángel Reptil que acudía
en la madrugada a buscar doncellas con aroma musgo marino.
Y nunca la eligió.
1 comentarios:
exelente!
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