sábado, 16 de abril de 2011


You always hurt the one you love


Me sonríes como si nada mientras me muestras tus palmas ensangrentadas; lo haces de forma bastante parecida a como lo haría un crío que presume la obra maestra que ha dibujado en la pared blanca del recibidor. Me limito a ver el líquido escurrirse por entre tus dedos, sin embargo, de vez en vez mi mirada se encapricha en bajar la vista hasta mi vientre de donde proviene un agudo dolor. No lo permito, en su lugar almaceno en mi roída memoria la expresión de alegría/tristeza que baila en tu rostro.

Mis manos se han comenzado a sentir pegajosamente humedas, sé que en alguna parte de tu cuerpo -tal vez el vientre- el dolor ha nacido y clama tu atención; a pesar de ello tus pupilas no se apartan de las mías.

Te sonrío con las palmas extendidas hacia ti.

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