¡Tiene que creerme, mi gato es un ser alíenigena que viene del espacio!...¡Y no le caigo bien!
-Esto es así, uno a veces puede estar "ahí" (sabes donde me refiero ¿no?): tocando, respirando, interactuando y dándole de topes a la realidad hasta que el cráneo termine cediendo ¿Me sigues? Pero a la vez uno se encuentra tan lejos, tan fuera de, tan jodidamente ajeno que la sensación de pérdida adquiere un talante sumamente atroz y horroroso; nos insta a abrirnos en canal - como si fuese la madre de todos los pellizcos- con el objetivo de despertar de una maldita vez. Sin embargo permanecemos fijos, mirando afuera como se mira a una pantalla de ordenador. Solos.
-...¿Lo que dices que tiene que ver con mi invitación al cine? ¿te vienes o no?
-Si, vale. Vámonos ya.
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