jueves, 7 de abril de 2011


El muro burocrático



Dentaduras, de eso se trata. Ese cúmulo de dientes con nombres propios un tanto estúpidos (pero joder, suenan tan adecuados después de repetirlos en voz alta un rato...Inténtalo). Esas cosillas blancas o amarillas o plateadas o vete tú a saber que tonalidad que no paran de masticar y morder, reafianzando con esto su presencia en el mundo. Eso es todo, un desgarre perpetuo entre tu piel y la mía que no produce otra cosa que dolor, pero eso si, este sufrimiento proporciona más pruebas de nuestra existencia que la mismísima mente. ¿Por qué no puedo trascender fuera de vuestros colmillos, molares y rosadas encias? No, me limito a seguir un patrón burocrático con el propósito de ser devorada a la "capital way". ¿Por qué celebraís la pérdida de los dientes de leche? Sigo sin entender.

Un día de estos tomaré un martillo o una llave de tuercas y me iré por ahí a dislocar unas cuantas mandíbulas, iré del otro lado de la locura, de la posesión del objeto o dependencia. Me arrancaré los dientes de un tajo maldición...

Hagamos Historia Dulzura.

1 comentarios:

Blogger Kouji ha dicho...

Burocracia dental. Saludos Kokoro.

8 de abril de 2011, 11:19  

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