miércoles, 1 de septiembre de 2010


Mata-Sanos



El universo esta vacío. A esta hora no quedan más que algunos copos de melancolía regados aqui y allá, amontonados, ahogando sin querer a mis intenciones de ser un mejor individuo para mí mismo... Y para ti.
En esta vacuidad me atrevo a decir que el tiempo me ha dejado de importar. Simplemente el observar un reloj me parece estúpido, un monton de números hilarantes que marcan una muerte inevitable, una nada que en sí no es nada. Y heme aquí, despilfarrando mis momentos cómo si jamás tuviesen fin. No, de alguna forma terminan por no culminar, una especie de mueca espiritual, de tic continuo que arrastro sin darme cuenta.
Hoy busqué de nuevo a ese algo que no existe. Con los ojos devoré mi alrededor, con la esperanza marchita de que, quizás, eso por lo que tanto he estirado los brazos llegaría a mi alcance. Pero antes de poder dicernirlo tuve que marcharme a comer por que moría de hambre.
..Soy un ser humano al fin y al cabo. Un estomago humano dentro de una copia barata de un cuerpo humano.
Si, tal vez, en un futuro, al mirar hacia ese momento en específico me de cuenta de que, simplemente, todo eso se trataba de Dulcinea.
Mi Dulcinea.
Algo asi.

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