miércoles, 23 de septiembre de 2009


Si los ojos son la ventana al alma, entonces el dolor es la puerta



Fingimos dormir con los ojos abiertos en espera de que el mundo a su vez se detenga, congelando así la marcha de aquel rostro cubierto por la neblina. Sin embargo, el movimiento continua haciéndonos perderle de vista. Lejos, esa persona ríe ante seres que no somos nosotros, les acaricia y solloza sobre hombros anónimos. Mientras tanto, nosotros seguimos soñando un mundo donde sus risas nos pertenecen, sus caricias nos recorren y nuestros labios desvanecen sus lágrimas.
Aunque, tal vez, nosotros seamos los únicos despiertos sobre este mundo durmiente. Dejando a la persona y todo lo que representa como un fantasma inventado por mentes desquiciadas, o peor aún...
Solitarias.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio