Mi primera y última historia de amor

"¿Aun recuerdas aquel dia? Trataba de decirte algo con todas mis fuerzas"

Mis manos aprietan con mayor impetu el telefono, esperando transmitir alguna vibración a modo de respuesta.

"Pero, guarde tanto ese mensaje que ahora he olvidado de que se trataba..solo me queda la sensaciòn de que era importante"

Rio friamente, observando como se deslizan las gotas de lluvia a traves del cristal. Ahora que lo pienso, ¿que no era ella la de corazon de piedra?

"Como te atreves...reirse asi es una falta de respeto"

Cierro los ojos mientras mi mano cuelga el telefono descompuesto, apagando los susurros en mi oido al instante. Una vez solo, puedo pronunciar los fonemas que se atoraron en mi garganta, ahora que nadie escucha puedo decirselo.
Yo...
Una vez mas...
Yo,
Te
Amo

Confirmado que mi voz aun funciona dirijo la mirada nuevamente a la ventana. A pesar de que no se filtra ningun ruido del exterior y no puedo percibir nada gracias a la lluvia. Lo supe...Saya se encuentra llorando, tan silenciosamente como el viento. En algun lugar, lejos de aqui.

-No te preocupes, yo...yo estoy bien aqui.

Decirle algo asi no podria traerle consuelo. Pero realmente, Si....estoy bien. A veces mis pensamientos se transforman en formas borrosas y mis sentimientos se empañan como la nieve al derretirse en el suelo. Sin embargo, me las apaño como puedo. Mi unico deseo es permanecer al lado de Saya sin importar donde estemos cada uno. Es verdad que los lazos terminan en la misma Tierra, lo demas es territorio prohibido. A pesar de ello tengo la certeza de que nuestras manos volveran a juntarse, tarde o temprano.

Estoy seguro que ella conocia mis sentimientos, mi resolucion. Esa es la razon de que ese dia se abstuviera de pronunciar esas palabras, ya que si yo llegaba a escucharlas, perderia por completo los deseos de recuperar mi cordura y volver aqui.

Es por eso que eligió terminar todo con sus propias manos, desapareciendo frente a mis ojos.

"Lo lamento, Soy demasiado debil"

No! No es su culpa. Si yo no hubiera dudado en el ultimo momento, ella habria reunido el coraje suficiente para detenerme. ¿No es asi? Sin poder contener el proceso, se ha convertido en una persona sumamente aterradora. Es mi culpa que lo sea. De nuevo no pude serle de ninguna ayuda.

Es cierto. Incluso si Saya me hubiera arrebatado mi alma, o yo la hubiera abandonado en su nombre. La felicidad que pudieramos haber compartido es solo un sueño inexistente. Nuevamente levanto el telefono, y sin oprimir ningun boton comienzo a hablar. Mi voz se asemeja a la de un cangrejo, si este tuviera cuerdas vocales.

-Saya, ¿Que planeas hacer ahora?
-...Voy a buscar a mi padre. El sabrá como mandarme de regreso, al lugar de donde provengo.
-Asi que...Saya quiere irse a casa..
-.....
- Entonces, te deseo lo mejor en tu busqueda.
-Gracias, dare lo mejor de mi.
-Si, si resultase que Saya tuviera un cambio de opinion en el futuro. Ven a buscarme, yo siempre...Yo siempre estare aqui.
-Um, Gracias, ...Y adios, Fuminori.
-Adiòs....Saya.

En esta ocasiòn el telefono se desliza entre mis dedos, cayendo al suelo provocando un ruido, una especie de eco a mi despedida, el cual se arrastra por los corredores, perdiendose en el infinito.

Y asi es como fui abandonado nuevamente en la oscuridad de la noche.

Desde ese dia en adelante, Esperé.
Quizas Saya haya regresado a donde pertenece.
O tal vez aun le siga el rastro a su padre, buscandole desesperadamente ahi afuera, en algun lugar.
Ella probablemente esta sufriendo. Probablemente se encuentra sola.
Pero, cuando tenga suficiente, volvera a mi lado una vez más.
Despues de todo, soy el unico que le confortara y le proporcionara calor.
Asi que espero, con bosquejos de su rostro y de su voz viviendo en mis sueños. Espero.

En este mundo completamente blanco que he inventado para mi. Espero.