La luz verde (o de como los sueños enceguecen)
Uno la observa...
una luz que en algún momento de la vida ha aparecido al otro lado del lago.
Brillando.
Y desde ese momento...
La posibilidad de alcanzar ese resplandor es lo único que importa.
Que importará.
Que importó jamás.
Todo lo que se hace a partir de que se ha mirado la luz, es para ella.
Cada logro.
Cada fracaso.
Cada respiración.
Cada latido.
Uno nunca más vuelve a estar solo, y a la vez...no podrá volver a sentirse verdaderamente acompañado.
A no ser que se atrape a la luz.
Por que ella da sentido.
Así que uno construye un bote.
Abandona el presente y el futuro por un pasado que no llegó a ocurrir.
Se rema a contracorriente, esperando... esperando....
...Que la luz siga ahí.
(La luz no existe)
Se rema a contracorriente, esperando... esperando....
....Que uno logre morirse creyendo aún en ella.
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