sábado, 8 de junio de 2013


La luz verde (o de como los sueños enceguecen)




Uno la observa...
una luz que en algún momento de la vida ha aparecido al otro lado del lago.
Brillando.

Y desde ese momento...
La posibilidad de alcanzar ese resplandor es lo único que importa.
Que importará.
Que importó jamás.

Todo lo que se hace a partir de que se ha mirado la luz, es para ella.
Cada logro.
Cada fracaso.
Cada respiración.
Cada latido.

Uno nunca más vuelve a estar solo, y a la vez...no podrá volver a sentirse verdaderamente acompañado.
A no ser que se atrape a la luz.
Por que ella da sentido.

Así que uno construye un bote.
Abandona el presente y el futuro por un pasado que no llegó a ocurrir.
Se rema a contracorriente, esperando... esperando....

...Que la luz siga ahí.

(La luz no existe)

Se rema a contracorriente, esperando... esperando....


....Que uno logre morirse creyendo aún en ella.

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