jueves, 7 de enero de 2010


Carta



Me dieron ganas de escribir una carta, me he pasado una hora buscando el puñetero cumpleaños de alguien pero no lo encontre, ni lo recordé, de esto último no me sorprendo..Pero es que hace dos días yo sabía cuando era. ¿Por qué ahora no lo logro evocar?. La verdad es que estas letras no sé a quien van dirigidas. Me gustaría que fuera hacia una mujer pero creo que hay cierto aroma masculino entre las frases. No lo se. Tal vez sean para el principe que se desangra en un rincón de mi cerebro, quizás para las mariposas canibales que se han llevado parte de mi carne o para esa parte brillante que no ha muerto. Incluso puede ser para mí. Hace bastante que no narro nada para mí. Una carta para mi hecha por mi.



A pesar de que le he quitado las pilas al reloj de pared que se ubica en mi cuarto, a veces escucho el sonido caracterísco del segundero al degollar a los minutos. Hoy es una de esas ocasiones. Siento cómo si fuera una especie de saludo por parte de la muerte, esa flaca socarrona, pateticamente inmortal. ¿Quien le entiende?. En este momento no me molestaría enloquecer, suena tentador clavarme unas tijeras en la garganta, pero que diablos, podría intentarlo con un crucifijo para hacerlo más interesante. Biblíco.



¿Es que todos buscamos el jodido placer falico? ¿Nuestra meta es insertarnos lo que sea por el coño para experimentar un orgasmo eterno? Una felicidad, un cumplimiento de metas, un polvo, una borrachera excepcional, algún billetito por el cual respirar, que le agarren las tetas a uno y las succionen tan fuerte que se salgan los jodidos sesos por alguna cavidad. Demasiado psicoanálisis. Demasiada palabrería.



La prosa no existe. Esto es sólo un remedo de ella.

¿Nos vemos en el cafe a la misma hora de siempre?



Atentamente:

....Bah, ya lo sabes

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