domingo, 28 de septiembre de 2014


Traga sin masticar




La palabra aleja. Enfatiza la distancia. La boca se abre y escupe partículas de frases que se le mueren a uno en los oídos. La palabra es lluvia que moja sin sentido, sentencias infinitas que una vez dichas te las quieres comer de regreso...pero no, "lo dicho, dicho está" -estuvo, estará, estaba, estaría, estando, estado, estuviera- para siempre.

Nos estamos muriendo, joder, en pequeños descuidos semánticos. Al aire se lo devora un discurso de rompimiento o ya nos arrollan palabras atropelladas. La palabra es soga al cuello que aprieta, sofoca hasta que la lengua, de tan gorda, de tan llena de vocablos, se le sale a uno por esos labios que ya no pueden contenerla.

!Y me pides comprensión! un entendimiento que no tengo, que no me da la gana poseer. Yo también quiero pedirte distancia, yo también quiero decirte que me lleva la chingada, yo también quiero ahogarme en esa hedionda emoción. Pero no....pero no...

Tú lo has dicho primero y a mí me ha tocado tragarme mis palabras junto con las tuyas.

Bon Appétit. 

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